
Personajes del carnaval rural de Álava
Patrimonio Cultural Inmaterial desde 2015, los carnavales rurales son uno de los numerosos atractivos del territorio de Álava. Historias de tradición, supervivencia y labor colectiva que cada vez son más valoradas en la sociedad.
Gran parte de los pueblos perdieron estas fiestas y otras muchas de sus costumbres durante la dictadura franquista. Desde la Transición, son numerosas las asociaciones culturales que trabajan activamente en la recuperación de los carnavales mediante una importante labor de documentación de fuentes orales y recolección de testimonios escritos.
Entre los personajes más conocidos del carnaval alavés está, sin ninguna duda, Markitos. Original de Zalduondo, esta tradición se remonta a 1793. Se trata de un muñeco vestido con un elegante traje y un collar de 13 huevos pintados en rojo, verde y blanco. Va acompañado de una comparsa formada por otros personajes como los porreros, la vieja, el pastor, las ovejas, el oso, el domador y una pareja de bueyes. Durante la celebración se le acusa de todos los males del pueblo y, por ello, se celebra un juicio público en el que se lee un sermón de condena y termina pagando con su vida en la hoguera.
Contamos con otros muñecos que al igual que Markitos serán culpados y condenados por todos los males sufridos a lo largo del año. En las localidades de Ilarduia, Egino y Andoin se recibe al Hombre de Paja. Se trata de un gran muñeco al que llevan en burro desde Ilarduia a Egino. De ahí lo llevan hasta Andoin en un carro, donde terminará siendo juzgado y ejecutado en la hoguera. En esta festividad existen otros muchos personajes, que se pueden consultar en la web de la Asociación Cultural Ilegan.

Pero no todos los muñecos de paja terminarán siendo quemados. El Porretero de Salcedo, por ejemplo, es sorprendido robando una gallina, por lo que comienzan a perseguirle hasta atraparle y atarle a un árbol. A la noche, este es desatado y se le sube a un carro que recorre todo el pueblo mientras sus habitantes lo acompañan con música y el sonido de las carracas. Finalmente, el malhechor será sentenciado en la plaza del pueblo y lo tirarán al tejado para que se lo coman los buitres.

Por otro lado, en Santa Cruz de Campezo contamos con el famoso Toribio, un muñeco de paja que viste con un zapato y una alpargata. Nos enseña su lengua de un color negruzco tras haberse comido todos los males. Tras la celebración del juicio y un animado baile, Toribio será arrojado al río Ega, donde morirá ahogado. En esta fiesta participan otros personajes, como los katxis, unos personajes que llevan unos sombreros de capirote hechos con animados trozos de tela.

Además, existen muchos otros personajes de paja como El Monigote de Manurga, El Criminal de Arriola, El Gutiérrez de Galarreta, el Muñeco de Carnaval de Berantevilla o La Vieja de Bikuña.
En Agurain/Salvatierra existe las figuras del Porrero y la Sorgiña, que son los encargados de dar inicio y fin al carnaval. El Viernes de Carnaval descienden en bicicleta desde su guarida en Opakua con coloridos trajes y vejigas hasta la calle de Portal del Rey. Ahí son recibidos por la Banda Municipal y tras un animado pasacalles por la calle Mayor son colgados en el balcón de Zabalarte Etxea hasta el Martes de Carnaval. Todos los años estos personajes son encarnados por distintos habitantes que guardan el secreto de su identidad bajo llave.

El carnaval del valle de Kuartango es una festividad unida al día de Santa Águeda. Actualmente, durante las celebraciones se celebra una comida popular y, a la noche, en Zuazo de Kuartango diversos enmascarados salen del antiguo balneario: los porreros con su cara pintada y sus pieles de oveja, sus escoltas los sacos y los ceniceros que arrojan ceniza a los presentes.

Es entonces cuando se procede a la caza del oso, que se encuentra escondido en algún lugar del pueblo. Una vez localizado y cazado, se recorre el pueblo y se llama a la puerta de alguna de las casas para cantar la canción de Santa Águeda a cambio de alimentos. Después, van a la iglesia del pueblo, donde se vuelve a cantar la canción. Por último, regresan al punto de inicio del recorrido, donde les esperan una gran hoguera y personajes como la célebre Vieja de Arriano, inspirada en una mujer de dicho pueblo de Kuartango. Como traca final, los porreros bailan alrededor de la hoguera mientras cantan de nuevo la canción de Santa Águeda y roban alimentos hasta que suena el cuerno, momento en el que todos los asistentes toman el vino caliente preparado por la Vieja de Arriano.

Como podemos observar, Álava cuenta con un interesante y todavía desconocido patrimonio inmaterial. Para poner remedio a esto, recomendamos una visita al Lazarraga Kulturgunea de Zalduondo, gestionado por la Asociación Cultural del pueblo. Situado en el antiguo palacio renacentista de Lazarraga, este espacio cuenta con unas pinturas en grisalla de gran valor artístico y espacios dedicados a la historia, el folklore, el euskera y la artesanía tradicional. Así, además de conocer personajes concretos de los carnavales rurales de Álava, en Zalduondo tenemos oportunidad de indagar en la vida y obra de Juan Pérez de Lazarraga, escritor del primer texto profano conocido en euskera en el siglo XVI, en la figura del artesano local Blas Arratibel, o en la cerámica popular alavesa. En su interior se puede adquirir la obra “El invierno se viste de fiesta. Carnavales rurales de Álava” de Carlos Ortiz de Zárate.
La entrada es gratuita y el horario de apertura es los domingos y festivos de 11:30 a 13:30.

