8 lugares inolvidables de Gipuzkoa
En esta ocasión, os proponemos un listado de ocho lugares para conocer más en profundidad el territorio de Gipuzkoa.
Una tierra de contrastes con una posibilidad infinita de planes con los que disfrutar de su costa y montañas, todo ello aliñado con una rica gastronomía, cultura y patrimonio que hacen de ella un destino inolvidable.
Bergara
Capital de la comarca de Debagoiena, la villa de Bergara fue fundada por Alfonso X el Sabio en 1268. La mayor motivación fue que se trataba un destacado cruce de caminos entre la costa cantábrica y la meseta castellana que facilitaba la exportación de la lana castellana y la importación del hierro para las ferrerías.
Dicho comercio hizo que numerosas familias nobiliarias establecieran su residencia en Bergara, algo que podemos ver en su impresionante casco histórico monumental, repleto de palacios renacentistas como la casa de Jáuregi, la casa Arrese, la casa nº 15 de la calle Artekale o la casa Aroztegi. Del mismo modo, también encontramos imponentes torres como las de Moiua, Gabiria y Olaso. Muchos de estos edificios han sido reconvertidos en espacios de disfrute público, como el Errekalde, un palacio del siglo XIX donde actualmente se encuentra el Laboratorium. El museo cuenta con unas completísimas colecciones de física, química y zoología obtenidas por el Real Seminario de Bergara, creado por la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País.
Por otro lado, de su patrimonio religioso cabe destacar la iglesia de San Pedro de Ariznoa, cuyo altar mayor es obra del escultor cordobés Juan de Mesa, y la iglesia de planta de salón de Santa Marina de Oxirondo en la que se puede disfrutar de la participación del célebre escultor vallisoletano Luis Salvador Carmona.
Además, en las inmediaciones de la localidad podemos visitar el hórreo de Agirre, el único hórreo del siglo XVI conservado en Gipuzkoa, y el ruta de los dólmenes, PR-Gi 94 en la estación megalítica de Elosua-Plazentzia y la ruta senderista que aprovecha la antigua vía del ferrocarril que llevaba hasta Oñati.
Ermita de Santa María de la Antigua (Zumarraga)
Situada en la comarca de Urola Garaia, Zumarraga cuenta con diversas joyas patrimoniales, como la ermita de Santa María de la Antigua.
Conocida como “la catedral de las ermitas vascas” este templo de estilo románico y gótico destaca por la estructura de madera de roble que sostienen seis columnas de piedra.
Se trata de una joya de la carpintería medieval está formada por vigas, antepechos, tirantes, tornapuntas, jabalcones y zapatas ensambladas sin ningún tipo de metal. Además, estos elementos están decorados con tallas de cabezas femeninas, utensilios y dibujos geométricos que podemos encontrar en las kutxas (cajas de madera para almacenar objetos valiosos como el ajuar o el grano) o las argizaiolas (tallas de madera con vela enrollada que están ligadas al culto tradicional guipuzcoano).
Según cuenta la leyenda, los gentiles o jentilak (personajes de gran tamaño y fuera de la mitología vasca) querían evitar la extensión del cristianismo y la construcción de La Antigua. Para ello, lanzaron grandes piedras desde Aznabarreta en la sierra de Aizkorri. Sin embargo, su plan no salió bien, ya que los habitantes de Zumarraga usaron las piedras para terminar la iglesia.
La ermita fue la parroquia de Zumarraga hasta el año 1576, momento en el que se construyó la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en el centro de la villa. A partir de entonces, es habitual referirse a ella como “La Antigua”.
Geoparque de la Costa Vasca (Geoparkea)
Se trata de un territorio compuesto por los municipios de Deba, Mutriku y Zumaia, del que destacan los 13 kilómetros en los que afloran rocas sedimentarias en facies de tipo flysch.
El Geoparque de la Costa Vasca forma parte de la Red Europea y la Red Mundial de Geoparques desde 2010 y cuenta con la distinción de Geoparque Mundial de la UNESCO desde 2015. Un paisaje excepcional que nos permite conocer la evolución de unos 60 millones de años de la historia de la Tierra.
Recomendamos hacer el paseo de Deba a Zumaia para poder disfrutar del flysch en su máximo esplendor, de los pastos, bosques, viñas de txakoli y playas paradisiacas que lo rodean.
Hondarribia
Una de las localidades más visitadas de la costa vasca que se caracteriza por su casco histórico amurallado y su colorido barrio de pescadores de La Marina.
En concreto, Hondarribia es la única ciudad guipuzcoana que conserva su recinto amurallado, al que se accede atravesando la puerta de Santa María. Una vez dentro, tenemos la oportunidad de disfrutar de imponentes edificios barrocos, como el Ayuntamiento, el palacio Zuloaga o la casa Casadevante.
Junto a esta última, encontramos la iglesia de Santa María de la Asunción y del Manzano. Construida sobre las murallas medievales y un antiguo templo románico, fue construida entre los siglos XV y XVI en un estilo gótico tardío y renacentista. La iglesia abre antes y después de las misas, que son: los sábados y vísperas de festivo a las 19:00 y los domingos a las 12:30. En verano, el horario es de 9:00 a 19:00.
Además, Hondarribia cuenta con un Parador en el antiguo castillo de Carlos V. De finales del siglo X, su construcción está atribuida al rey Sancho II de Pamplona, pero su nombre actual deriva de los trabajos de ampliación ejecutados en el siglo XVI por Carlos V.
Para más información sobre horarios, visitas guiadas y sitios donde comer, recomendamos una visita a la Oficina de Turismo de Hondarribia.
Leintz-Gatzaga
Fundada en 1331 por el rey Alfonso XI de Castilla, esta villa dela comarca de Debagoiena cuenta con una larga tradición ligada a la producción de la sal.
La producción del denominado “oro blanco” estuvo muy relacionada con las mujeres, principales trabajadoras de las salinas. Ellas eran las encargadas de recoger y transportar la madera, cuidar las dorlas y recoger la sal producida mediante la quema de madera de los bosques. En otros lugares como las Salinas de Añana (Álava), el método empleado era el sistema de evaporación solar, pero en Leintz-Gatzaga esto no era posible debido al clima tan húmedo que había.
Pese a que la producción de sal cesara en 1972, actualmente podemos disfrutar del Museo Salino de Leniz, muy cerca del casco urbano monumental. Se trata de un interesante espacio dedicado a la difusión de la explotación de la sal desde la Edad de Hierro en el que se puede adquirir la Sal de Dorleta.
Por otra parte, tenemos ocasión de visitar el Santuario de Dorleta, patrona del ciclismo. Según nos informan las fuentes históricas, este espacio contó con un castillo que servía de sistema de vigilancia de la localidad. Si bien su aspecto es del siglo XVII, todavía se conservan algunos relieves medievales y una Virgen con el Niño gótica.
Parque Natural Aiako Harria
Situado en el extremo oriental de Gipuzkoa encontramos este espectacular enclave natural, donde podemos disfrutar de la naturaleza, la geología y la historia guipuzcoana.
El 80% de su superficie es de titularidad pública y está repartida entre los municipios de Irún, Oiartzun, Errenteria, Hernani y Donostia-San Sebastián. Entre sus lugares más frecuentados están las cimas de Irumugarrieta (806m), Txurrumurru (821m) y Erroilbide (843m).
Por otro lado, en el área de Arditurri-Otsamantegi (Oiartzun) se han encontrado vestigios de actividad minera desde época romana hasta 1984, momento en el que cerró la Real Compañía Asturiana de Minas. Así, durante más de 2000 años, la extracción de minerales como plata, cobre, hierro o cinc ha estado presente en la zona.
Con el paso del tiempo, ese pasado minero de Aiako Harria se ha reconvertido en toda una serie de vías verdes que aprovechan el antiguo trazado del ferrocarril con los que sacaban los minerales por el puerto de Pasaia. Además, en 2008 se inauguró el Parketxe Arditurri, donde se realizan interesantes actividades y visitas sobre la antigua mina.
Santuario de Arantzazu (Oñati)
Rodeado por un impresionante paisaje de montañas y vegetación, en este santuario franciscano se venera a la Virgen de Arantzazu, patrona de la provincia de Gipuzkoa.
Según cuenta la leyenda, en 1468 la Virgen se apareció a un pastor entre unos espinos junto a un cencerro. Al verla, este exclamó: “Arantzan zu?”, que significa “¿en los espinos, tú?”. Por otro lado, etimológicamente arantzazu está compuesta por arantza (espino) y zu (abundancia), es decir, abundancia de espinos, lo cual hace referencia a la numerosa presencia de este tipo de planta en el lugar.
La construcción de su basílica tuvo lugar en 1950 con la participación de grandes artistas vascos contemporáneos. Cabe destacar los apóstoles de la fachada principal del escultor Jorge Oteiza, las pinturas del ábside del pintor Lucio Muñoz, las puertas principales de acceso del escultor Eduardo Chillida, las vidrieras de Fray Javier María Álvarez de Eulate, las pinturas de la cripta del pintor Néstor Basterretxea o las pinturas murales del camarín de la Virgen de Xabier Egaña.
En el ábside encontramos la imagen gótica de piedra de la Virgen de Arantzazu sosteniendo en su mano derecha una bola del mundo y en la izquierda, en cambio, al Niño que está sentado en su pierna. Haciendo referencia a la leyenda, la talla suele estar sobre un tronco de espino blanco y un cencerro al lado.
El Santuario de Arantzazu cuenta con numerosos reconocimientos como el Premio Juan Manuel Aizpurua (1963) del Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro, la Medalla de Oro de la Bienal Internacional de Arte Cristiano de Salzburgo de 1964 a Lucio Muñoz por la decoración del ábside y la incorporación del ábside, dos apóstoles de Oteiza y el grupo de la piedad entre las obras expuestas en los Museos Vaticanos en la colección de Arte Religioso Moderno.
Santuario de Loyola (Azpeitia)
Situado en el valle del río Urola, se trata de un importante conjunto arquitectónico construido en torno a la casa torre medieval de la familia Loyola.
Su miembro más importante y a quien se dedica este enclave es al fundador de la Compañía de Jesús Íñigo López de Loyola, más conocido como San Ignacio de Loyola. Nacido en 1491 en el inmueble familiar, tuvo un importante recorrido militar hasta que en 1521 sufrió heridas de gravedad en sus piernas mientras defendía Pamplona. Fue llevado a Loyola para su recuperación, donde comenzó a interesarse por la religión, dio un giro radical a su vida y, tras entregarse a Dios, peregrinó ir a Jerusalén. En 1540, fundó la Compañía de Jesús y hasta su muerte creó numerosas instituciones educativas y obras de caridad. Su canonización llegó el 12 de marzo de 1622, momento en el que la Compañía de Jesús impulsó la protección y veneración de Loyola.
Así, en 1681 los Jesuitas obtuvieron la propiedad de la casa y comenzaron con las obras del Santuario. El barroco es el estilo predominante del conjunto de Loyola y el material principal es la piedra caliza del monte Izarraitz. Cuenta con varios edificios, de los que destacan la basílica diseñada por el arquitecto italiano Carlo María Fontana.
Construida en 1738, se trata de la parte central del edificio y cuenta con una impresionante cúpula de 65 metros de altura y un diámetro de 20 metros. En ella se representan las virtudes de la Fe, Esperanza, Religión, Caridad, Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza. Sobre ellas, encontramos los escudos de los Austrias y Borbones, patrocinadores de la obra. Además, tiene diversos altares churriguerescos como el retablo mayor de Ignacio de Ibero con la imagen hecha en plata de San Ignacio de Loyola, donada por la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas.
Este Santuario, junto con el de Arantzazu y la ermita de La Antigua es visitable junto a Kalearte Turismo y Cultura en su “Ruta de los tres templos: La Antigua, Arantzazu y Loyola”.
Esperamos que os haya gustado esta selección de ocho lugares inolvidables de Gipuzkoa. Ahora toca conocerlos en persona… Eso sí, ¡no olvidéis acompañar la experiencia con un buen pintxo!