
Tarsila do Amaral y su Brasil moderno
Disponible en el Museo Guggenheim Bilbao hasta el 1 de junio de 2025, «Tarsila do Amaral. Pintando el Brasil moderno», una muestra imprescindible para quienes deseen descubrir a fondo a una de las figuras más influyentes del modernismo brasileño y del arte latinoamericano del siglo XX.
La exposición ofrece un recorrido completo por el universo visual de Tarsila do Amaral (1886-1973), en el que se entrelazan el imaginario indígena, la cultura popular brasileña, los cambios sociales del Brasil industrializado y los movimientos sociales que marcaron su trayectoria artística.
Inicios

«Autorretrato I» (1924). Tarsila do Amaral. Fuente: Museo Guggenheim Bilbao.
Nacida en el año 1886 en el seno de una acaudalada familia de propietarios de plantaciones cafeteras en la región de São Paulo, Tarsila do Amaral es una de las grandes artistas brasileñas de principios del siglo XX.
Inició su formación artística en Brasil, donde recibió enseñanzas de destacados maestros de corte académico. Posteriormente, continuó sus estudios en la prestigiosa Académie Julian de París, donde se sumergió en las vanguardias europeas y adquirió una sólida base en las tendencias artísticas más innovadoras de la época.
Durante su estancia en París, en febrero de 1922, tuvo lugar la histórica Semana de Arte Moderno en São Paulo, un evento que revolucionó la escena cultural brasileña y promovió una identidad artística propia, alejándose de la influencia europea. De hecho, este movimiento generó una estética única en disciplinas como las artes plásticas, la literatura, la música, la arquitectura y la danza.
Tarsila do Amaral se consolidó como una figura central del modernismo brasileño al unirse al icónico Grupo de los Cinco, junto a destacadas personalidades como Anita Malfatti y el escritor Oswald de Andrade, quien más tarde se convertiría en su esposo. Este colectivo artístico fue fundamental en la transformación del arte en Brasil, impulsando una estética moderna y auténticamente brasileña.
Un estilo propio

«Carnaval en Madureira» (1924). Tarsila do Amaral. Fuente: Museo Guggenheim Bilbao.
Durante la década de 1920, Tarsila do Amaral se convirtió en una figura clave del modernismo brasileño, actuando como un auténtico puente entre São Paulo y París, dos capitales culturales vibrantes. Integró las influencias de las vanguardias europeas, especialmente el Cubismo y el Primitivismo, estilos predominantes en el ambiente artístico parisino, llegando a desarrollar una tendencia vinculada a la Abstracción geométrica.
En su obra, Tarsila seleccionaba elementos visuales que consideraba representativos del Brasil auténtico: paisajes rurales, figuras populares, colores tropicales. Todos ellos eran transformados en líneas puras y formas geométricas, dando lugar a un lenguaje plástico innovador y accesible tanto para el público local como para la escena artística internacional.
Al reinterpretar su imaginario brasileño desde estas corrientes, Tarsila do Amaral aportó una nueva mirada que inspiró profundamente los movimientos Pau-Brasil y Antropofagia artística. Estas corrientes pretendían construir una identidad brasileña auténtica, multicultural y multirracial, desligada de los cánones impuestos por los centros coloniales europeos y abrir camino a una nueva forma de arte nacional.
Militancia

«Obreros» (1933), Tarsila do Amaral. Fuente: Museo Guggenheim Bilbao.
Aunque Tarsila do Amaral nació y creció en el Brasil rural, siempre mantuvo una fuerte conexión con el entorno urbano y cambiante de São Paulo, una ciudad que, a finales del siglo XIX, experimentó un rápido crecimiento debido a la industrialización y la llegada masiva de inmigrantes. Apodada la “locomotora del país”, São Paulo se convirtió en un epicentro cultural y social que influyó profundamente en su obra.
A lo largo de las décadas de 1930 a 1960, Tarsila demostró una notable capacidad para adaptarse a los cambios sociales, políticos y urbanos del Brasil moderno. Su obra evolucionó hacia un enfoque más militante y comprometido, reflejando las tensiones de su tiempo desde la perspectiva de una mujer artista emancipada e independiente.
Influida por el comunismo y activamente involucrada en el Partido Comunista Brasileño, Tarsila participó en reuniones políticas, lo que la llevó a ser encarcelada brevemente en 1932. Esta experiencia transformó profundamente su visión artística: abandonó los colores brillantes y tropicales de su etapa modernista, adoptando una paleta más sombría y realista.
Su pintura comenzó a centrarse en las condiciones de vida de la clase trabajadora y los sectores más desfavorecidos de la sociedad brasileña. En esta etapa, su estilo se acercó al Realismo Social, una corriente artística presente también en Rusia, México y Europa, que buscaba representar con crudeza y empatía la vida de los oprimidos.
Como refleja esta exposición organizada entre el Museo Guggenheim Bilbao y el GrandPalaisRmn, Tarsila do Amaral no solo ilustró la modernidad: la construyó, abriendo caminos para el arte brasileño y latinoamericano en el escenario internacional. Ahora podemos disfrutar de parte de su extensa obra en el Museo Guggenheim de Bilbao, ¡no te lo pierdas!